lunes, 1 de julio de 2013

Little Children



Lo Convencional del Estado Pre-convencional

Por Karim Pluma

      Si Lawrence Kohlberg aun viviera, la entrega de mediados de década del director estadounidense Todd Field (In the Bedroom, Tornado), “Little Children” (“Secretos Íntimos”, en su interpretación al español) juzgaría que el film de ficción es una resumida plasmación hollywoodense cuasi-perfecta de la Teoría del Desarrollo Moral.
       Los 136 minutos de “Little Children” son una exquisita mezcla de drama con humor negro que relatan la historia de un suburbio idóneo en alguna ciudad del Noreste americano (probablemente Boston) y la intrigante e irónica doble moral que impera debajo de una hegemónica normatividad conservadora-clase media alta.
      Pero, advertencia: “Little Children” no es un derivado de “Desperate Housewives” y mucho menos una antítesis a “Sex and the City”.
       “Little Children” va mucho más allá de la definición de personajes por su entorno; Field no comete el error de personificar estereotipos y hacerlos versiones trilladas del metafórico “pan con lo mismo”.  Existen, por su puesto, caracteres estereotipados, pero la brillantez de Field radica en hacer que esos mismo estereotipos se rompan en la trama, lo cual le da una dimensión mass compleja a sus personajes (por lo menos los principales) y le da calidad a su obra.
      Estan, por ejemplo, los dos personajes centrales, Sarah (Kate Winslet) y Brad (Patrick Wilson), quienes se conocen tras una visita al parque comunitario con sus respectivos hijos. Sarah, una doctoranda en literatura y ahora renuente ama de casa y madre de tiempo completo, conoce y forma progresivamente una aparentemente sincera amistad con Brad, un joven padre “amo” de casa que busca pasar el examen final antes de recibirse como abogado, pero mientras tanto debe tolerar el tener un rol secundario en su familia mientras su esposa Kathy (Jennifer Connelly) mantiene el hogar haciendo documentales. Aquí la trama es predecible: ninguno de los dos esta conforme con su realidad, y ambos buscan una valvula de escape. Pero Field rescata su obra al escapar lo muy obvio, pues hace que Sarah, una mujer calida y sincera pero también de un alto intelecto, se fije en Brad, su inferior académicamente, y estee, a su vez, un atractivo y atlético prom king haya puesto la mirada en una mujer físicamente poco comparable con su esposa, a exitosa pero distante y exigente Kathy.
        El resto del film se centra en desarrollar el esperado romance entre Sarah y Brad, un desarrollo, por lo demás, interesante, aunque poco original, con una estructura dramática tradicional. Lo que si merece un comentario, sin embargo, es el desenlace de la película. Una vez mas, Field le recuerda al espectador que su historia - una en donde el afecto es una figura central – no es una historia de amor, pero tampoco califica para ser una tragedia. Field sigue a Shakespeare y a Hawthorne en crear mujeres protagonistas fuertes – demasiado fuertes para sus parejas varones – pero Sarah no es ni Cleopatra ni Hester Prayne; no posee esa capacidad contemplativa, ese poder reflexivo que le ayude a discernir apropiadamente entre lo correcto o incorrecto. Hasta cierto punto el intelecto de Sarah termina donde empiezan sus frustraciones de la preparatoria, es decir, de una estudiante dedicada que solo podía soñar con salir con un chico atractivo como Brad, quien es el Reverendo Dimmsdale, pero con un toque de héroe homérico aun con arere, con virtud. Sin embargo, ninguno de los dos es Romeo y Julieta – no han sufrido lo suficiente como para morir – y mucho menos Hamlet y Rosalind; su pasión veraniega tal vez se asimile más a la de Lysender y Hermia, los jóvenes amantes de A Mid Summer’s NIght Dream, pero aun asi no son del todo idénticas: la frase que inmortaliza a Lysander, “the course of true love never did run smooth”, es demasiado atractiva como para no aplicarla con Sarah y Brad, pero es casi imposible: lo que ellos dos sienten no es amor, sino infatuation, encaprichamiento de dos adultos en su estado pre-convencional. Por esa razón ambos terminan como terminan.
       En general “Little Children” es una producción de primer nivel, con un buen uso de iluminación y vestuario. Los otros elementos de producción, como el sonido, fueron hechos también de manera muy profesional (aunque tal vez fuese más fácil en este film por haber sido verano, en el caso de la iluminación). De igual manera, el lenguaje cinematográfico fue adecuado para el film, ya que para ser una película con fuerte contenido dramático, los close-ups fueron abundantes y duraderos. Los movimientos en escena no fueron muy bruscos, por lo cual el uso de dollys no dominó la obra.
       ¿Enseña algo “Little Children”? Lo más evidente, siguiendo el clímax y la resolución del film, es que el adulterio, por más glamuroso y tierno que sea, es inmoral y por ende castigable, en el peor de los casos. Pero un vistazo más critico de la situación revela que, aunque incorrectos, los asuetos morales (como un amorío) tienen el potencial de convertirse en lecciones de vida tardías para solidificar nuestras relaciones existentes y en decadencia (como los matrimonios de Sarah y Brad). Para no ser una película comercialmente muy exitosa (ni siquiera se exhibió en cartelera), “Little Children” es uno de esos films que cuentan con una universalidad en lo humano, con lo que casi todos se pueden identificar. Es por eso que, aunque se trate de adulterio, “Little Children” difícilmente es despreciable; es, en realidad, una película capaz de provocar empatía en la audiencia, tal vez porque, así como Sarah y Brad, la audiencia también se reúsa a solo conformarse con su realidad.
Ficha Técnica:
Little Children (2006); Drama-Comedia; Productores Ejecutivos: Kent Alterman, Toby Emmerich, Patrick Palmer; Director: Todd Field, Albert Berger; Guionistas: Todd Field, Tom Perrotta  Compañías Productoras: New Line Cinema, Bona Fide Productions, Standard Film Company; Casting: Belinda Monte, Todd Thaler; Direccion de Arte: John Kasarda; Reparto: Kate Winslet, Jennifer Connelly, Patrick Wilson, Jackie Earle Haley, Noah Emmerich.
Sinopsis: The lives of two lovelorn spouses from separate marriages, a registered sex offender, and a disgraced ex-police officer intersect as they struggle to resist their vulnerabilities and temptations



       
              

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